«mañana me examino del C2 de inglés» – dicho por un docente, es una frase que se acepta con naturalidad en los centros educativos. En pocas ocasiones hemos tenido tantos compañeros estudiando hasta los fines de semana para preparar a alguna prueba de este tipo. Existen muy diversas motivaciones para hacerlo, pero creo que es bueno extender la idea de que nuestra evaluación no acaba en el momento en el que aprobamos una oposición.

De la misma manera que existe un Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER) donde se establece una escala de 6 niveles comunes de referencia para la organización del aprendizaje de lenguas y su reconocimiento público, podría existir algo análogo para las TIC. Si para las lenguas tenemos los reconocidos A1, A2.. hasta C2 podríamos mantener  la misma escala para las TIC.

¿Qué ganaríamos con ello? Por un parte el autoconocimiento: el docente podrá reconocer mejor las competencias que tiene ahora mismo y cuáles les gustaría adquirir. Por otra parte, una homologación oficial que facilite el deseado perfil profesional en enseñanza. Una vez bien definido y normalizado, seria posible vincular ciertas plazas docentes con algún nivel de este marco común. Nadie cuestiona que ocupar una plaza en un centro bilingüe requiere tener reconocido oficialmente uno de los niveles indicados, ¿por qué no tener algo similar para ser coordinador TIC, impartir en los cursos donde se haya implantado el Plan Escuela TIC2.0, o como un requisito más para trabajar en el  #IEDA  ?

El primer paso para que un día esta propuesta pudiera realizarse es tener una descripción  de los niveles. Aquí adelanto una,  tan sólo como una aproximación que requiere muchas mejoras

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